En términos generales, el coaching se refiere al “proceso de acompañamiento reflexivo y creativo que
inspira a maximizar tu potencial personal y profesional”, según la definición de la International Coach
Federation (ICF). Así, por extensión, el coaching laboral engloba aquellas iniciativas que se centran en
el impulso de las capacidades y logros en el plano profesional.
Ahora bien, no hay que confundir esta técnica con una formación o una consultoría. El coaching laboral no
pretende cambiarte, ni en cuanto a personalidad, ni a competencias. En cambio, se enfoca en facilitar las
herramientas de autoanálisis para que seas tú mismo el que descubra cómo mejorar.
De este modo, a partir de la mayor conciencia sobre uno mismo que aporta la ayuda del coach, la persona
que recibe las sesiones de coaching laboral (“coachee”) consigue desarrollar nuevas capacidades y
fortalezas, adquiere mayor eficiencia en su desempeño, mejora el equilibrio entre su vida personal y
profesional, es capaz de tomar decisiones de forma meditada, aumenta su autoestima y autoconfianza, se
atreve a perseguir las metas que realmente le motivan y expande sus oportunidades laborales.
¿Cómo se aplica el coaching en el ámbito laboral?
El coaching laboral proporciona una serie de beneficios que justifica el crecimiento que está experimentando
esta herramienta entre las organizaciones y los profesionales, especialmente entre los más jóvenes. En este
sentido, el estudio 2022 Global Consumer Awareness Study, de la ICF y PricewaterhouseCoopers (PwC), revela
que la mitad de los millennials ha utilizado el coaching en algún momento y ocho de cada diez conocen el
alcance que puede aportar.
Y es que el coaching laboral tiene diferentes campos de aplicación:
Búsqueda de empleo. Si estás en proceso de búsqueda de un trabajo, el coaching laboral te proporciona las
herramientas necesarias para dirigir tu carrera profesional y superar los procesos de selección. Esta
técnica es especialmente recomendable si esa necesidad laboral surge porque no estás a gusto en tu actual
trabajo, ya que el coach te indicará cómo puedes superar el síndrome de burnout.
Adaptación a nuevos puestos de trabajo. Quizá te acabes de incorporar a un nuevo empleo o debas asumir unas
nuevas responsabilidades profesionales. En estos casos, el coaching laboral también puede ayudarte a
enfrentar estos nuevos desafíos, proporcionándote las habilidades necesarias para desempeñar las funciones
de manera efectiva.
Desarrollo de competencias.
Como bien sabes, el mercado de trabajo actual requiere de una mentalidad lifelong learning. Con la
colaboración de un coach, descubrirás cuáles son tus fortalezas y debilidades y en qué aspectos necesitas
aumentar tus competencias.
Promoción laboral.
¿Te gustaría ascender dentro de tu empresa y asumir cargos con mayores responsabilidades? Otra de las ramas
en las que se puede aplicar la técnica del coaching es en la promoción laboral. En concreto, resulta muy
útil para identificar hacia dónde dirigir tu carrera profesional y para trabajar las capacidades de
liderazgo.
Incremento salarial.
El coaching laboral también se emplea para que los trabajadores aprendan a evaluar su situación en cuanto a
remuneración y a encontrar los argumentos necesarios para solicitar un aumento salarial.
Mejora de la cohesión de los equipos.
Esta herramienta puede ser individual o grupal. En este segundo caso, el coaching laboral puede enfocarse en
la resolución de conflictos y mejora de la coordinación de los equipos a través del refuerzo del trabajo en
equipo por parte del coach.
Impulso del desempeño global.
Por último, otra vía para aplicar el coaching laboral en tu carrera profesional es en relación con la mejora
de tu desempeño. Ten en cuenta que, al incrementar tu potencial, optimizar la gestión del tiempo y definir
tus objetivos de forma clara, conseguirás ser más eficiente y obtendrás mejores resultados.
¿Cómo empezar con el coaching laboral?
Sea cual sea el resultado que desees lograr a través del coaching laboral, a la hora de planificarlo es
importante que tengas en cuenta varios aspectos. Lo principal es que tengas claros los objetivos precisos
que quieres conseguir. Piensa que, quizá sientas que debes cambiar de empresa, cuando lo que realmente
sucede es que necesitas mejorar tus competencias para sentirte más cómodo en tu puesto de trabajo. Por
tanto, reflexiona sobre tus metas y, si es posible, pide opinión a compañeros y superiores.
Con las ideas claras, llega el momento de localizar a un coach profesional. Lo recomendable es que esté
especializado en coaching laboral y tenga experiencia en ayudar a otras personas en situaciones similares a
la tuya. Para ello, solicita que te faciliten las acreditaciones de su capacitación y formación y pregunta
por su disponibilidad. Buscar referencias del profesional también te permitirá dar con el coach más
adecuado.
Por último, es imprescindible que establezcas, junto al coach, un proceso de seguimiento y evaluación de los
resultados. De este modo, deberéis concretar los indicadores o KPI que vais a tener en cuenta para valorar
el grado de éxito del coaching laboral para así poder sacar el máximo partido al programa.
En definitiva, el objetivo del coaching laboral es que puedas identificar tus fortalezas y debilidades, y
desarrolles un plan de acción para mejorar de forma continua. Esto incluye identificar oportunidades de
aprendizaje y crecimiento, así como establecer metas y estrategias para alcanzarlas. De este modo, se trata
de una herramienta que fomenta una mentalidad de mejora y aprendizaje continuo, algo esencial en un mercado
laboral tan competitivo y en constante evolución como el actual.
Con este mismo propósito de ayudar al progreso de las personas, superar los desafíos que presenta la cuarta
revolución industrial y crecer de manera inclusiva y sostenible